Esta historia tiene tres partes, tres patas que explican con quien me estoy peleando al decir lo que digo. Las historias hablan sobre la palabra en inglés “fair”, que usualmente se traduce como “justo”.

Salario

Mi primer encontronazo con este concepto fue buscando trabajo, estaba haciendo unas entrevistas en SumOfUs y comentaron con mucho orgullo que pagaban un fair-salary, según la ciudad en que cada uno viviera, así le daban a cada cual un sueldo competitivo en la zona. Me hubiera olvidado de esto que pasó a principios de 2016, si no fuera que hace unos días me pasaron una presentación en la que usan una aplicación para calcular el sueldo correspondiente a cada ciudad.

FairPhone

A finales de 2016 escuché hablar de fairphone, un celular producido de manera ética, sin tanta explotación, utilizando fuentes renovables, pagando sueldos “justos”, diseñado para durar un poco más y con partes reciclables. Seguí el proyecto desde el principio y en algún momento les mandé un email diciendo que:

Subject: FairPhone is not fair Nov 30, 20:46 CET

I don’t want to sound rude, but “as the price of the product is not buyer dependent”, it will never be fair.

En resumen, les planteaba que la única forma de hacer un producto justo era ser injustos con el precio. De manera totalmente inesperada para mi, esto creo una cadena de mails muy interesante con un tal Sietse que duró hasta marzo de 2017.

FairCoop

Estoy metido desde hace un tiempo en el movimiento FairCoop, que plantea como desafío generar un sistema económico-político post capitalista, utilizando como herramienta, entre muchas otras, una criptomoneda: el faircoin.

Una de las crisis que está sufriendo actualmente el movimiento es la caida del precio de la moneda en los mercados de cambio muy por debajo del precio oficial. Esta crisis me hizo acordar a mi a los dos eventos anteriores.

Desigualdad

FairCoop, al igual que fairphone y que los salarios justos se desentiende de la historicidad de las desigualdades sociales, se plantea un marco de igualdad y se presupone que las desigualdades exitentes se van a ir diluyendo, pero no es así. Una cuestión similar sucede con el feminismo, no alcanza con quitar algunas barreras, es necesario ser injustos para contrarrestar las desigualdades prexistentes, tal cual plantea de manera impecable Gioconda Belli en “el país de las mujeres”.

Mi propuesta para faircoop, va a ser entonces un precio injusto, cobrar el faircoin distinto según quien lo compre, haciéndolo más barato para aquellos que tienen menos y más caro para aquellos que tienen más. Esto se puede llevar a cabo en el caso de faircoop, ya que la compra de monedas se realiza a través de los nodos locales y cada nodo podría poner un precio local distinto.