Las buenas ideas están ahí todo el tiempo, al principio parece que van a escasear, como cuando uno tiene la hoja en blanco y cree que nunca vas a encontrar con que llenarla, después encontrás cada vez más ideas, hasta que no tenés tiempo de escribirlas todas.

Es esa impresión que hace enfocar el problema por el lado equivocado, uno cree que el problema es tener buenas ideas, pero a la final, eso no importa tanto.

Para tener buenas ideas, basta con tener muchas ideas, pero con buenas ideas no alcanza.

Me empieza a dar la impresión de que lo complicado es llevar a la práctica las ideas, encauzarlas en algo, encontrar los ingredientes. Esto me hace pensar que las grandes ideas son combinaciones buenas de ideas a su vez buenas y que a la larga son las únicas que llegan a algo.

Entonces empiezo a pensar en las cosas que existen, en las ideas que llegaron a ser, porque quiero poner un ejemplo. Pienso rápido en otros temas como el teclado, github y el mate, pero que me parece que no son buenos ejemplos. El ejemplo que me parece que cierra es el del “Principito”, ahí hay tres grandes ideas, una perspectiva sobre la infancia, una sobre la amistad y una sobre la muerte. Cualquiera de esas tres eran buenas ideas, pero juntas son una gran idea y al final un gran libro.

Así que ahora cada vez más me parece que las buenas ideas son más bien desechables y hay que pensar más bien en como combinar para hacer grandes cosas.