Hablaba con Lionel y pensaba, siempre pienso mientras hablo. Hablando volví a olvidar lo importante que es simplemente disfrutar. A la vez le decía que necesitaba contar toda la historia, no negar lo malo, aunque eso sea sólo el 5%.

Es raro, porque tampoco es posible contar todo lo bueno porque el idioma se queda chico, así que no se por qué me siento mal al no contar lo malo.

Quizás es que es parte de lo que siento y no contarlo apaga esa parte.

Quizás es simplemente que yo tengo grandes esperanzas para la humanidad, así que creo necesario contar lo feo. No importa que todos hicieron lo mejor que pudieron. No importa que salió “todo bien”. Yo simplemente creo que puede salir mejor.

Pero es cierto que es difícil nombrar los defectos sin resaltarlos, contar lo malo sin recrearlo, por lo que es difícil encontrar la linea que separa el momento en que nos hacemos los boludos de los momentos que arruinamos por encontrar el pelo en el huevo.