Estaba pensando en cómo se puede resolver la cuestión del comercio justo, es decir, la compra a productores que no exploten a sus empleados, y se me ocurrió una forma en que se podría empezar a trabajar. En principio se trata de un sitio tipo mercado libre, en el cual unos ponen. artículos y otros compran, pero hay que lograr asegurar que la plata se está distribuyendo entre los productores y que no se está quedando una persona con todo. Para lograrlo, el sistema solo agrega una restricción, una persona solo puede facturar, por ejemplo, $25.000.

De esta manera, para facturar montos mayores es necesario especificar más de un productor, para un producto dado, cada uno con su propia cuenta bancaria. Las personas inscriptas asociadas a un mismo producto podrán definir porcentajes de distribución de ganancias, pero los mismos se podrán visualizar desde la página de compra. Así, el comprador cuando ve el producto, podrá tener en cuenta esa distribución a la hora de decidir su compra.

A largo plazo, el tope de ventas por persona se vuelve una traba que obliga a los vendedores a desglosar más y más el precio de venta, si se tiene empleados o socios, hay que agregarlos, para poder vender juntos hasta $50.000, si se compran insumos, los productores de esos insumos pueden también ser detallados, de forma que uno podría comprar una cartera de cuero y pagar un precio a sabiendas de cuanto cobra el que fabrica la cartera y cuanto aquel que produce el cuero.

A nivel de utopía, la idea más ambiciosa es que el sistema se masifique entre los productores independientes y se vuelva su principal fuente de ingreso, promoviendo a su vez la producción independiente. Con el tiempo, el precio del producto estaría desglosado al centavo entre todos aquellos que de una forma u otra colaboraron en la producción, desde aquel que plantó el árbol, hasta el que llevó un sillón a la casa.