Fundación, el libro de Asimov, me permitió pensar que uno puede no darse cuenta de los cambios a gran escala que están ocurriendo mientras estos están ocurriendo. Entonces, se me ocurrió pensar que quizás el capitalismo se estaba cayendo y ese fue el inicio de mi primer blog.

Hoy vuelvo sobre una idea similar, pero en cierto sentido anterior, hoy se recuerda la Dictadura del 76 y a mi me queda el resabor de que lo escencial del asunto ya no se recuerda, me da la impresión de que el trabajo de borramiento de la historia ya está terminado, y como diría Benedetti, ya estamos listos.

Esa sensación me vuelve a Hari Seldom, viendo acercarse la edad oscura, sin posibilidades de evitarla, con impotencia.

La sensación no es tan rara, pasa cuando uno habla de Software Libre y explica que el software privativo es una forma de esclavitud, pero… pasan cuando uno habla de las criptomonedas porque el dinero fiduciario del gobierno es una estafa, pero… pasa cuando uno habla de aprender Esperanto, porque la idea del inglés como idioma global es falsa, pero…

Pero ahora hay cosas que están más jodidas, ahora no es simplemente impotencia, ahora también da miedo, la censura y la agresión son tan gratuitas, las grietas son cada vez más profundas y hay cada vez mas temas que “mejor no hablar”.

No se puede hablar de la dictadura cívico-sanitaria, porque en seguida pasas a ser peligroso, si se pone en duda el aislamiento social o los bozales uno se vuelve conspiranoico o terra-planista, si se ponen en duda las vacunas, porque podrían ser contraproducentes, entonces uno se vuelve “antivacunas”.

Y luego, instituciones que se paran desde el feminismo, o desde los derechos humanos, se plantean como representante de estos movimientos y se usan como armas para acallar voces. Tanto cuesta entender que no puede haber feminismo representativo, que los derechos se tienen cuando se defienden, “en tu lucha tienes que ser tú el que luchas”.

Borrar libros es quemar libros, se lee todavía en la página de Hansi libros, pero en ya varios sitios grandes se automatiza la censura de artículos sobre el innombrable y al igual que en la anterior dictadura, “el civismo induce al ciudadano a comportarse como un policía”, en nombre de la ciencia, de los derechos y de la justicia se silencia, se borra y se prohíben los actos que nos hacen humanos, juntarnos, hablar, equivocarnos, se desplaza la cultura y el pasado en nombre de los nuevos ídolos.

Así de pronto es imposible pensar en defender la religión, la familia, los movimientos sociales y las películas de Schwarzenegger, porque todos forman parte de un pasado del que no hay nada que aprender, que todos preferimos olvidar.

Siempre recomiendo, para entender la dictadura, leer Harry Potter: la novela cuenta la vida de un chico que, como todos, cree que el pasado ya pasó y se desayuna, muy de a poco, como todos, que el pasado no pasó hace mucho, que sigue ahí.

Creo que este día de la memoria, es el día que finalmente, todos olvidaron la dictadura, la dictadura terminó de ser reescrita finalmente, ahora se trata de los treinta mil muertos, ya todos olvidaron, el miedo paralizante de todos los que veían y querían no mirar, estaban y preferían no ver, finalmente el nunca más se convirtió en tautología, porque nunca más van a morir los muertos. Pero otra vez, estamos todas muertas de miedo.