No saben lo triste que estoy desde hace unas semanas cuando me di cuenta de que Wikipedia, un proyecto que yo sentía como un refugio seguro, un lugar de participación y como una fuente de consulta indispensable, está en la cuerda floja o ya está caído.

De pronto me encontré a un ejército de enciclopedistas que plantean que al hablar de medicina es necesario mostrar un claro “consenso científico”, eliminando toda mención de ramas de investigación disidentes y minoritarias.

La justificación de este planteo, que está escrito y consensuado, es que el vulgo podría al leer esas visiones minoritarias automedicarse, podría leer y confundirse. Por esa causa, no alcanza con aclarar que dichas opiniones son minoritarias o carecen de apoyo científico, es necesario eliminar toda mención de ellas en los artículos principales y ridiculizarlas en los específicos.

Entonces, en todos los artículos sobre medicina (en este momento principalmente sobre covid), las fuentes citadas que dicen “no hay evidencia suficiente” se sintetizan con frases como “no hay ninguna evidencia” y llaman a los estudios científicos que no coinciden con las principales revistas “campañas de desinformación”. De la misma manera, al plantear la cuestión del origen del virus, se decidió omitir toda mención de la teoría del escape de laboratorio.

Finalmente, esto hace que Wikipedia, en estos temas, ya no se trate sobre conocimiento, si no sobre la VERDAD. Esto sobrecarga a los editores, que terminan luchando cruzadas en las páginas de discusión, revirtiendo ediciones al por mayor, agrediendo a los nuevos y a los viejos editores y refuerza finalmente las teorías conspirativas que intenta combatir, ya que el sesgo informativo se vuelve evidente ante la primera edición.

Quizás a usted no le preocupe hoy, porque usted cree en las vacunas y descree de la ivermectina, pero a la larga todos pertenecemos a alguna minoría y finalmente todos nos vamos a dar cuenta, de que Wikipedia censura. Desgraciadamente, coincidir con el censurador no justifica la censura.